Neumonía, enfermedad que sigue matando a una gran cantidad de personas en el siglo XXI

Por Valeria Babich.

Se trata de una enfermedad contagiosa, que se basa en la inflamación del tejido pulmonar ocasionada por un agente infeccioso. La neumonía afecta a los alvéolos (pequeños sacos de aire, en los que se realiza el intercambio de oxígeno que pasa a la sangre y dióxido de carbono que se expulsa al exterior), ya que se irrita e inflama rellenándose de líquido y material infeccioso, lo que provoca que la respiración del afectado sea dolorosa.

Es la infección que provoca mayor número de ingresos hospitalarios, afectando sobre todo a jóvenes y ancianos, principalmente ancianos institucionalizados (viviendo en residencias o centros de tercera edad). Predomina en varones y en la estación invernal.

También es una de las enfermedades que más muertes infantiles causa: las autoridades sanitarias estiman que cada año mueren más de un millón de niños de menos de cinco años como consecuencia de esta enfermedad.

Los factores de riesgo más comunes que pueden derivar en una neumonía pueden ser:

  • Tabaquismo.
  • Enfermedades crónicas como hepatopatías, diabetes, cardiopatías, enfermedad renal, cáncer, enfermedad pulmonar crónica, sida.
  • Malnutrición.
  • Exceso de peso.
  • Demencia.
  • Esplenectomía (pacientes a los que se les haya extirpado el bazo) y, en general, pacientes con bajo nivel de inmunidad.
  • Alcoholismo.
  • Tratamientos inmunosupresores o con corticoide de manera crónica.
  • Exposición a drogas por vía parenteral.

La infección de la mayoría de los microorganismos que causan neumonía en su mayoría es procedente de la orofaringe. Los gérmenes pueden llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía sanguínea. La etiología más probable dependerá del lugar de adquisición, de factores de riesgo asociados, de la localización geográfica y de la gravedad de la infección.

Las vías respiratorias tienen mecanismos de defensa que evitan que lleguen bacterias al pulmón, como son la tos, la presencia de células con cilios, y células y sustancias especialmente diseñadas para la inmunidad, los linfocitos, neutrófilos, macrófagos y anticuerpos. Estas defensas pueden debilitarse por determinadas circunstancias y facilitar así que los gérmenes alcancen el pulmón y produzcan infecciones.

En los adultos, son las bacterias las que causan la enfermedad (Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus, Legionella y Haemophylus influenzae), además de virus como el de la gripe o el de la varicela, así como hongos en pacientes con, por ejemplo, el VIH-sida.

Dentro de la causa más común, el neumococo produce dos tipos distintos de neumonía: la bacteriémica y la no bacteriémica, siendo la diferencia entre ambas en que la bacteria haya conseguido infectar el torrente sanguíneo o no.

Hay dos tipos de neumonía según el lugar y la forma de aparición:

  • Neumonía adquirida en la comunidad: es la producida por un agente infeccioso fuera del ámbito hospitalario.
  • Neumonía intrahospitalaria (nosocomial): cuando aparece en el ambiente hospitalario, o bien en las 48-72 horas posteriores al alta hospitalaria, y hasta 10 días después de esta. Actualmente tiende a considerarse nosocomial aquella que se produce en pacientes que residen en centros de cuidados crónicos o residencias o en los que reciben tratamiento domiciliario intravenoso, quimioterapias, o se someten a diálisis. Este tipo de neumonías suelen tener peor pronóstico ya que suelen ser resistentes a los tratamientos.

Los dos rasgos que caracterizan la presencia de neumonía en el organismo son un cuadro compatible con infección respiratoria baja o la presencia de infiltrado en la radiografía de tórax.

Los síntomas respiratorios de afectación de las vías aéreas bajas son:

  • Tos.
  • Expectoración (tos productiva).
  • Dolor torácico pleurítico.
  • Dificultad respiratoria.
  • Malestar general: fiebre, temperatura corporal baja, escalofríos, sudoración, aumento de las frecuencias cardiaca y respiratoria.
  • Modificación en los sonidos emitidos por el paciente al respirar (inspiración y espiración).

En personas ancianas e inmunodeprimidas (de bajos niveles del sistema inmunológico), los síntomas pueden ser inespecíficos y ocasionar el empeoramiento de enfermedades subyacentes.

Según la forma de manifestarse los síntomas de la neumonía, se pueden distinguir dos cuadros clínicos:

  • Cuadro clínico típico: comienzo brusco de menos de 48 horas de evolución junto con escalofríos, fiebre de más de 37.5º, tos productiva, flemas con pus, y dolor torácico de características pleuríticas.
  • Cuadro clínico atípico: caracterizado por tos no productiva (tos seca), molestias inespecíficas, y manifestaciones extra pulmonares como dolores articulares y musculares, dolor de cabeza, alteraciones del estado de conciencia o gastrointestinales.

Aquí dispone de un gráfico interactivo acerca de la neumonía.


Fuentes textuales utilizadas:

MedlinePlus http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/

Organización Mundial de la Salud http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs331/es/

Fuentes gráficas:

http://fmdiabetes.org.mx/wp-content/uploads/2014/12/neumon%C3%ADa.jpg

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