Complicaciones, tratamiento y prevención de la neumonía

Por Valeria Babich.

La neumonía es una enfermedad que da lugar a una gran cantidad de muertes en el mundo, sobre todo en niños menores de cinco años, pero también en jóvenes y ancianos.

Esta dolencia puede tener complicaciones muy graves para la salud donde es necesario considerar varios puntos:

  • Edad avanzada: para los mayores de 65 años.
  • Enfermedades debilitantes de base.
  • Datos clínicos de presentación grave: dificultad respiratoria importante, paciente inestable, fiebre elevada con gran afectación general, desorientación o alteración del nivel de conciencia.
  • Hallazgos de laboratorio sugerentes de mal pronóstico: leucocitos (glóbulos blancos en la sangre) muy elevados o por el contrario muy bajos, niveles en sangre muy bajos, anemia, alteración de proteínas de la sangre, mal funcionamiento del riñón.
  • Hallazgo de germen no habitual: afectadas varias porciones del pulmón, derrame pleural (líquido a nivel del pulmón), extensión rápida inicial.
  • Presentación inicial muy graves que requiera ingreso en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
  • Consideraciones sociales: indigentes, falta de aporte social, dudas sobre el seguimiento del tratamiento (pacientes psiquiátricos, demencia).

Las posibles complicaciones pueden ser:

  • Recurrencia: dos o más episodios de neumonía separados por un periodo de tiempo.
  • Neumonía crónica: infiltrado alveolar durante más de un mes sin resolución de los síntomas.
  • Neumonía necrotizante: formación de cavidades múltiples a nivel del tejido pulmonar y la consecuente destrucción del mismo. Suelen producirlo gérmenes poco habituales y en pacientes de alto riesgo, como VIH o adictos a drogas.

En cuanto al tratamiento, se clasifica según el riesgo que presenta la enfermedad:

  • Pacientes que no requieren ingreso hospitalario: Pacientes sanos que presentan una neumonía adquirida en la comunidad sin datos de gravedad inicial, pacientes jóvenes sin factores de riesgo, menores de 65 años sin factores de riesgo añadidos. Estos pacientes realizarán tratamiento y seguimiento ambulatorio.
  • Pacientes que requieran ingreso en unidad de hospitalización convencional: mayores de 65 años o con patologías añadidas o factores de riesgo asociados, y todos aquellos en los que la gravedad de la presentación de los síntomas o la presencia de otros factores de riesgo de complicación, ya expuestos en el punto anterior, hagan aconsejable el ingreso hospitalario.
  • Pacientes que requieran ingreso en Unidad de Cuidados Intensivos: necesario ante situaciones de extrema gravedad como insuficiencia respiratoria severa, pacientes inestables con alteración de las constantes vitales, fallo en el funcionamiento del riñón, alteración del sistema de coagulación, meningitis o estado de coma.

El tratamiento de la neumonía se realiza con antibióticos. Los antibióticos son sustancias químicas producidas por bacterias y hongos que tienen la capacidad de detener el desarrollo o destruir a otros microorganismos.

La antibioterapia ha de iniciarse lo más precozmente posible: antes de las 4 horas tras el diagnóstico, pues se ha demostrado que el inicio precoz del tratamiento reduce la mortalidad, las complicaciones y la estancia hospitalaria. De elección inicial en pacientes para tratamiento ambulatorio será la vía oral (antibiótico tomado por boca). En aquellos pacientes que hayan precisado ingreso hospitalario, el tratamiento inicial se realizará vía parenteral (intravenoso), que se cambiará a vía oral tras conseguir la estabilización clínica.

La duración inicial del tratamiento variará en función de los distintos cuadros.

  • Neumonía adquirida en la comunidad que no requiera ingreso: 7-10 días.
  • Neumonía adquirida en la comunidad que requiera ingreso: 10-14 días.
  • Casos especiales: gérmenes no habituales no inferior a 14 días. Casos de cavitación pulmonar y abscesos: un mes o más. En neumonías nosocomiales (hospitalarias), variará en función de la gravedad y el germen productor.

Las pautas para prevenir el contagio de neumonía son sencillas y corrientes: mantener las medidas de higiene; abandonar el hábito tabáquico (los fumadores presentan un riesgo 4 veces superior que los no fumadores); vacunación antigripal (indicada en enfermos crónicos, inmunodeprimidos, mayores de 60 años, y aquellos que estén en contacto con personas de alto riesgo); vacunación contra el neumococo.


Fuentes textuales utilizadas:

MedlinePlus http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/

Organización Mundial de la Salud http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs331/es/

Fuentes gráficas:

https://urgenciasbidasoa.wordpress.com/2014/05/29/caso-142-fiebre-de-4-dias-de-evolucion/

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